04 abril 2013

Parada de Emergencia

¿Cuántos juegos tienes en la estantería sin estrenar?, con las reglas bien leídas, o no, algunos sin tan siquiera desprecintar, esperando la oportunidad para respirar, aislados del mundo lúdico dentro de un plástico transparente. Y por otro lado, ¿cuánto tiempo se necesita para jugar a todos los juegos de una colección de doscientos más de una vez, teniendo en cuenta que en nuestras sesiones no solemos repetir por las ganas de probarlo todo, de jugar cosas diferentes y sentir cosas distintas?. Mis respuestas son: más de los que  quisiera y más del que tengo. Por eso ha llegado el momento de tomar una decisión drástica.

Una sesión de juego es, para el LudopÁtico, como una comida, necesita primer plato, segundo plato, postre, muchas veces aperitivo y otras, copa y puro. Cuando uno se sienta a comer a la mesa no toma de primer plato y de segundo lo mismo, vale que a veces es plato único pero eso es diferente. Como digo, sentarse a jugar tiene un paralelismo asombroso con sentarse a comer, ojalá pudiera hacer tanto una cosa como hago la otra. El caso es que esta forma de afrontar las sesiones tan, digamos, variada, hace que sea difícil explotar algunos juegos a medida que la colección crece. Cuando nos iniciamos en esta afición y contábamos con una ludoteca pequeña era fácil repetir juego y que vieran mesa una y otra vez los mismos. A mi personalmente me gusta mucho cuando pasa esto porque siento que estoy amortizando lúdicamente la inversión económica que hemos hecho. He notado que me da mucho gusto repasar mis estadísticas en la boardgamegeek y ver juegos con quince o veinte partidas a sus espaldas. Por el contrario me deprime mucho ver, en la misma estadística, un listado enorme de juegos con  una sola partida. Es una pena cuando un juego pasa semanas en la estantería sin ver mesa, no porque sea malo o no nos guste, sino porque la competencia es demasiado grande. A esto quiero poner remedio y sólo se me ha ocurrido un camino.

La ludoteca se acerca ya a los 200 y es el momento de reflexionar un poco hacia donde queremos ir. Hay gente que opta por vender; juegos con sólo una partida, o con ninguna, salen de las colecciones como entraron, ¡a veces sin desprecintar! -de esto no me preguntéis, yo tampoco lo entiendo-. Cuando compro un juego lo hago después de un largo ritual que os expliqué hace tiempo aquí. Es muy raro una compra a tontas y a locas -de fillers sí es más normal-, por eso es mucho más probable que un juego que he adquirido me guste a que no y, como también os expliqué aquí, para mí es importantísimo dar segundas oportunidades en esto de los juegos porque uno se puede llevar sorpresas mayúsculas tras una primera impresión desfavorable. Por eso no quiero vender juegos que sólo he catado una vez, o ninguna. Necesito saber más de ellos, necesito descubrir porqué me gustan más o menos y si en una segunda partida, o en una tercera, -o en una cuarta- mejorarán mis sensaciones.  

Ahora toca dar un buen repaso a la colección, dar oportunidad a los que no han salido, dar nuevas oportunidades a los que salieron una vez y no convencieron del todo, repetir los que si convencieron pero que no han tenido más tiempo. Ahora toca analizar qué juegos encajan con nuestros hábitos, gusto, estilo y cuáles podríamos poner a la venta y, a lo mejor, se irán a una casa donde seguro serán más apreciados. En el fondo lo que un juego quiere es estar fuera de la caja, ese es su verdadero habitat. A los jugones coleccionistas nos gusta tenerlos confinados en nuestra estantería, como encerrados en un zoo lúdico donde es evidente que no pueden ser felices. El animal juego necesita su espacio natural, la mesa, no la pequeña jaula que es un estante.

Y todo este rollo es para deciros que hemos decidido parar un poco la máquina de compras y minimizar las nuevas incorporaciones (salvo honradas excepciones). Ahorraremos dinero para final de año, qué Essen siempre viene cargado de deseos, y mientras tanto jugaremos todo lo posible a los grandísimos juegos que ya tenemos mientras leemos mucho sobre los que no. Ahora es el momento de luchar contra el temido hype traducido en "tiene que ser mío". Además valoraremos con mucho cuidado cada nueva incorporación para que cubra un posible hueco en la colección y no sea más de lo mismo con otro envoltorio. No se trata sólo de crisis, que también para qué engañarnos, sino de espacio, de tiempo y de la sensación personal que tengo desde hace mucho de no estar aprovechando al máximo nuestra bellísima colección de juegos cargada de obras maestras.

Ah y no os preocupéis que lo único que paran son las compras, LudopÁticoS.es sigue en marcha con buen viento -el que me deje mi apretada vida diaria- que todavía hay mucho que reseñar, fotografiar, comentar y jugar.  


5 comentarios:

Sub-machine-gun dijo...

Grandioso!

Neiban Kane dijo...

Contundente 1er párrafo.
Mi colección no llega ni a 100 juegos. Y tengo presente desde el inicio de la afición que nunca quiero q llegue a tal número.

Con esto te contesto un poco a lo de la colección de 200 xD. Son demasiados. Yo ya sé que hay un afán coleccionista. Pero q quieres q diga? si hasta en una colección de 80 juegos (aprox.) como es la mía, hay juegos puramente por colección.

Las colecciones centenarias son fósiles en la estantería. No juegas ni al 33% de la colección a menudo ni de coña. Además, cuando tienes cientoypico juegos reflejas claramente q las novedades te ponen a mil. Y por ende, que siempre estarás probando juegos nuevos, con lo cual no le darás mucha mesa a tus juegos.
A algunos puede q les eches muchas partías, pero a la inmensa mayoría, ni de coña.

Enfin, esa es mi opinión. Yo te recomendaría que hagas una buena criba. Q te plantees quedarte con unos 150 juegos. Y que a finales de año, intentes hacer otra, y te quites de enmedio otros 25-30 juegos, por ejemplo.

Saludos!

Maskleto dijo...

Mucha razón tienes Neiban, tendré que buscar un término medio entre tu colección y la mía porque a mi 100 me parecen pocos con todas esas joyas sueltas por ahí xD 200 sin duda es un límite superior que no quiero rebasar (por espacio entre otras cosas), pero es verdad que me cuesta mucho desprenderme de los juegos.

Luego te pones a pensar en la colección que tenía Sid Sackson que era de unos 18000 juegos y dices, qué narices. xDD De cualquier forma voy a empezar por tratar de jugarlos todos y una vez hecho eso y darle más mesa a algunos decidiré si vendo o continúo el camino del amigo Sackson xDD



¡Ya leeras mis andanzas!

Lethan dijo...

Yo ando en 120... y llevo ya casi dos años en ese número. Unos vienen, otros se van, pero intento mantenerme en ese número. La razón principal, el espacio. Tengo ya dos estanterías completas, y ahora mismo es un límite que no puedo rebasar; el día que me mude a un sitio más grande, que el señor se apiade de mí... xD


Sobre lo que dice Neiban de los fósiles... es cierto que hay juegos a los que juegas más y otros a los que menos, pero entre mi colección, todos se juegan al menos 1 o 2 veces al año (algunos se juegan mucho más, claro... en octubre las estadísticas :P). El que no llega a esos mínimos, tiene boleto asegurado.

Por otro lado, tener cientoypico juegos no creo que sea reflejo de que te vayan las novedades ni nada por el estilo. Ya digo uqe yo llevo 2 años de compras muy moderadas, sin pillar apenas ninguna novedad.



Un saludo!

Maskleto dijo...

Las novedades ocupan un lugar importante en el crecimiento de la colección pero no es su base. La mayor parte de los juegos los he comprado cuando ya no son novedades y se han asentado en el mercado. Es un buen momento para comprar porque ya hay muchas reseñas y opiniones, con lo que puede leerse mucho sobre él y hacerte una idea.


Yo hay fósiles que sí que no he sacado en un año y eso es de las cosas que más me molesta, por eso he de empezar a disfrutar de la colección como está y una vez bien "usada" valorar cual se queda y cual toma pasaporte.


Un abrazo!

Publicar un comentario