27 febrero 2012

Fürstenfeld, Ahora Sí

Es alucinante como puede cambiar un juego dependiendo del número de personas sentadas alrededor de él, es algo que a día de hoy me sigue sorprendiendo y una de las razones por las que, para mí, los juegos de mesa son tan rejugables. La sorpresa de este fin de semana hacía meses que estaba en la estantería, olvidado después de unas primeras impresiones nefastas; a cinco jugadores, no gustó, a dos, flojo, flojo. Como digo, el fin de semana lo volví a probar, tres jugadores, dos sin saber nada del juego, ideas preconcebidas cero. Y esta vez brilló tanto que hasta repetimos. Al César lo que es del César, Fürstenfeld a 3 gustó y nos pareció fresco e interesante.

Hace muchos meses, poco después de adquirir este juego de Friedemann Friese, aproveché un día de esos de mesa llena -5 jugadores- para sacarlo al ruedo con su número máximo. Enseñé las reglas rápidamente y nos pusimos al lío, buff no cuajó con cinco y a dos al día siguiente tampoco, me quedé decepcionado y el título fue castigado al fondo del estante. ¿Cómo podía ser?, un autor reputado, gestión de mazo, de mano, mercado de precios y tema cervecero. Parecía una buena fórmula pero no acababa de funcionar y se convirtió en una de las peores adquisiciones del año 2011. 


"...el tema del tempo de juego creo que en Fürstenfeld es crítico..."

Como esperaba mucho más de él esta frustración tuvo consecuencias, dos entradas dedicadas poniéndolo a caldo aquí y aquí, recomiendo la lectura de ambas entradas para que veáis como fue progresando mi concepción del juego a peor. El control de mercado era un absoluto desastre a cinco y a dos jugadores, nuestras decisiones no lograban controlar la demanda de las cervecerías -tantas como jugadores en mesa- lo que hacía que los precios se dispararán rápidamente y la interacción entre jugadores fuera cada vez más limitada. No descubría si era el juego, nuestra forma de jugarlo o una mezcla de ambas pero me cansé de buscar una solución con tantas otras alternativas en la ludoteca, aunque siempre me quedó ese gusanillo de probarlo con otro grupo para ver si la forma de jugarlo era distinta. Fue hace un par de días que me decidí.

Esta vez, como la anterior, expliqué las reglas rápidamente y, de nuevo, nos pusimos al lío. Desde el principio observé  un cambió, el control inicial de precios fue muy ajustado e incluso me vi varias veces influyendo claramente en el precio de compra de otro jugador, eso me gustó, empezaba a ver interacción directa controlable. Además los jugadores no nos recreamos en montar un gran "chiringuito" sino que fuimos al grano tratando de optimizar el rendimiento de nuestro campo para construir lo más rápido posible el palacio -objetivo de victoria- lo que facilitó dos partidas de menos de 60 minutos, tiempo ideal para este juego que también considero no da tampoco para mucho más sin llegar a cansar. 

"A tres jugadores el juego aprueba, es jugable y además ofrece una mecánica de organización de mazo bastante curiosa y original que antes no lograba disfrutar."

Y es que el tema del tempo de juego creo que en Fürstenfeld es crítico, las partidas son tan ajustadas que todos los jugadores acaban prácticamente el mismo turno o con un turno de diferencia. El precio de los mercados es controlable pero una vez la partida avanza y los jugadores bajan la producción, debido fundamentalmente a la  construcción de su palacio, los precios se disparan porque las cervecerías nunca ven cubierta del todo su demanda, es algo con lo que hay que contar y forma parte del devenir del juego. Todo esto incrementa la importancia de cómo organizar el mazo, si no tienes las cartas de palacio cuando debes estás perdido. Lo curioso es que esta vez los jugadores, incluso los que se acercaban por primera vez al juego, entendimos ese carácter y empatizamos con él, esto hizo que disfrutáramos, yo por primera vez después de 3 partidas. Entendimos que las diferencias en Fürstenfeld son sutiles, una moneda o dos sólo marcarán diferencias al final de la partida y será allí donde cuenten y te hagan ganar o perder.

Por todo ello mi opinión ha cambiado. A tres jugadores el juego aprueba, es jugable y además ofrece una mecánica de organización de mazo bastante curiosa y original que antes no lograba disfrutar. El mazo ya está construido, para todos es el mismo, se trata de organizarlo de tal manera que las cartas te lleguen en el orden en que las necesitas. Además sugiero pasar directamente al modo experto, mucho más táctico y que  pone a disposición todas las cartas del juego y con ello todas las habilidades. Si lees habitualmente este blog no veo necesario el modo básico, estarás curtido en más de una batalla y Fürstenfeld es bastante sencillo de aprender, recomiendo probarlo,  pero eso sí, a 3.

Conclusión, Fürstenfeld sube puestos en la estantería pero sólo a tres jugadores, me queda darle un tiento a cuatro, no sé si arriesgarme y que me vuelva a decepcionar porque igual entonces sale por la ventana.




1 comentario:

Daniel Jaubert Gutierrez dijo...

La verdad que sorprende como en las dos partidas fue todo muy justito y la separación entre el ganador y el resto era muy baja.


Creo que el juego a 4 jugadores también debe de ser muy interesante porque habrá más interacción entre jugadores.

Quedo a la espera de una rebancha.

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