08 septiembre 2010

Ritmo y Bola [Reseña]

Te aseguro que no se han vuelto locos. Si ves que tus amigos hacen gestos extraños, ponen caras raras, suenan palmas como una letanía acompasada, se tronchan de risa de repente repito, no se han vuelto locos, lo más probable es que estén jugando a Ritmo y Bola. Así que no trates de hacerlos entrar en razón y únete al grupo porque la diversión está más que asegurada.

Ritmo y Bola es un party game diseñado por Gabriel Ecoutin contenido en una caja minúscula que es inversamente proporcional al disparate que se produce al jugar. Dentro de esa cajita nos encontramos un nutrido grupo de tarjetas cuadradas. En la caja hay cero aire, lo que está muy bien, además es de metal lo que nos asegura una buena durabilidad. Uno de los primeros problemas es que el tamaño de esas tarjetas nada tiene que ver con el de las cartas, por lo que no podremos usar las fundas que se comercializan para estas. Así que si no quieres que se deterioren, cosa muy fácil dado que es un party game que suele jugarse rodeado de bebidas y snacks, sólo queda la opción de plastificarlas. El juego no hubiese perdido nada si en lugar de esas cartas cuadradas se hubiese utilizado el tamaño estándar de Magic, por ejemplo, y hubiese ganado mucho en durabilidad. Las instrucciones están contenidas en cuatro de estas tarjetas, incluyen ejemplos de juego, reglas avanzadas y todo lo necesario para aprender a jugar en un periquete. El resto de las tarjetas lo componen dos grupos de cartas: por una parte las cartas de gestos que harán los jugadores y por otro diez cartas de bola que irán siendo entregadas a aquellos jugadores que se equivoquen durante la partida.

Las cartas de gesto son unas cachondas tarjetas con dibujos a cada cual más alocado. Además llevan una miniatura en blanco y negro para que quede claro el gesto que representa, un detalle muy valioso. Las cartas de bola tienen en una cara la ilustración y en la otra un texto que debe leerse en alto cuando se roba de la pila. Normalmente ese texto altera la partida de alguna manera (cambiar gestos, cambiar de lugar, etc.) o es una salvaguarda para el jugador que robó la bola que puede evitar ganar otra bola y otro gesto la próxima vez que cometa un error.

Ejemplos de Cartas de Gesto y en el centro La Bola

Aunque es un juego para de 4 a 12 jugadores, lo cierto es que cuanta más gente sea mejor que mejor. El juego en sí tiene una mecánica muy simple. Al comienzo de este cada jugador recibe aleatoriamente una carta de gesto que pondrá boca arriba frente a el. A partir de ese momento ese será el gesto por el que tendrá que responder. El resto de cartas de gesto se quedan boca abajo en el centro de la mesa junto a las cartas de Bola. A partir de ahí  los jugadores comienzan a marcar el ritmo golpeando dos veces sus muslos y dando una palmada para luego volver a golpear dos veces sus muslos y así sucesivamente al ritmo de "We Will Rock You" de Queen. Cuando el jugador inicial esté preparado sustituirá esa primera palmada por su propio gesto, golpeará con sus manos sus muslos dos veces y hará el gesto de otro jugador en lugar de la palmada correspondiente (a esto se le llama pasar el ritmo). El jugador que tiene ese gesto habrá de hacer lo mismo, en lugar de su siguiente palmada hará su propio gesto, golpeará sus muslos dos veces y  hará el gesto de otro jugador y así sucesivamente los jugadores se irán pasando el ritmo. Mientras tanto todos los demás estarán dando palmas y golpeando sus muslos al compás.
En caso que cualquiera de los participantes cometa un error (incluso los jugadores que no estén haciendo gestos) el juego se para y el jugador que erró recibe una bola. Inmediatamente lee el contenido de la carta, lo ejecuta sobre la marcha a no ser que la carta diga lo contrario y recibe un nuevo gesto de la pila del centro de la mesa. Antes de recibir este gesto puede pasar uno o mas de los gestos que ya tenga a un jugador a su elección. Y el juego continúa como al principio, en caso que un jugador tenga más de un gesto deberá responder en caso que un oponente haga cualquiera de ellos. El juego termina cuando se agotan las diez cartas de bola.
Un par de detalles: cuando vayas a pasar el ritmo no puedes hacer tu propio gesto, vamos que no te lo puedes pasar a ti mismo, además puedes devolverle el ritmo al jugador que te lo acaba de pasar.

 Hay que tener poca vergüenza para hacer algunos de los gestos.

Una de las cosas que menos me gustó de las reglas, aunque siendo un party game tampoco es que sea importante, es el sistema de puntuación. El juego propone que aquellos con menos bolas al final ganan la partida y los que más tengan la pierden, para una sola partida quizás esté bien, pero si se van a jugar varias (cosa normal porque es un juego muy rápido) sabes que en cualquiera de ellas en cuanto ganes una bola ya  no te quedan casi posibilidades de ganar. Nosotros lo que hacemos  para que todas las partidas cuenten y además siempre quieras hacerlo lo mejor posible es apuntar el número de bolas ganadas cada partida y sumarlas cuando no vayamos a seguir jugando. El que menos bolas haya conseguido hasta ese momento es quien gana.

Si quieres ver las reglas con más detalle las tienes aquí.
Está editado en castellano por Asmodee y su precio son escasos 10€, un precio muy ajustado en relación a la calidad/risas que tiene.

Las partidas a Ritmo y Bola se pasan volando y normalmente hay ganas de más. No es un juego para sacar todos los días, pero asegura un momento distendido y de diversión en cualquier reunión. Evidentemente requiere que los participantes no tengan miedo a hacer el ridículo, que lo van a hacer y mucho, por lo que puede que excluya a aquellos más tímidos o sosos del grupo. En reuniones con niños es ideal para jugar niños y adultos juntos porque las reglas son fáciles y divertidas.

Me gusta y puede gustarte: Muy divertido, fácilmente transportable, perfecto para jugar niños y adultos a la vez, barato (10€).

No me gusta o puede no gustarte: Es bastante ruidoso, requiere participantes desinibidos, cartas en formato no enfundable, el sistema de puntuación.