23 octubre 2010

Una Noche Completita [22.10]

Yak y yo habíamos dejado pendiente la campaña electoral a las presidenciales de 1960 desde hace 15 días en su tercera semana y teníamos ganas de acabar la partida para ver si era Nixon o Kennedy quien se hacía con la Casa Blanca. Por eso según llegamos a casa nos pusimos a ello haciendo tiempo para que llegasen Fran y Belén. La campaña era una clara victoria para Kennedy hasta la quinta semana. A Nixon se lo veía con muy poco fuelle y débil en los estados importantes, pero llegaron los debates y Nixon dio un vuelco a las encuestas para ganar en televisión de forma contundente. A partir de ahí los asesores del futuro presidente tenían clara su estrategia, asegurar los estados del Oeste -de tendencia republicana-, lograr apoyos en los estados importantes del Este como Nueva York y Massachusetts y dar un golpe de efecto en el Medio Oeste entrando a hacer campaña agresiva en las dos últimas semana. Los planes salieron bien y Nixon, apoyado por Eisenhower en un momento clave logró el despacho oval en un final de campaña de vértigo. Este juego es una maravilla y tardaremos menos que la última vez en volver a jugarlo porque realmente vale la pena. Mecánica y temática engranados como un reloj suizo.

Llegaron Belén y Fran para empezar con TransEuropa, un juego sencillo con temática de trenes. Un juego sin grandes pretensiones, muy fácil de aprender y para todos los públicos. Muy jugable si no quieres devanarte los sesos y para mi bastante entretenido. No tiene la misma profundidad -sin ser esta tampoco mucha- que un Union Pacific, por ejemplo, pero tampoco creo que lo pretenda. Un juego de conexiones con cierto factor intuición, suerte y táctica, que no estrategia. El juego tiene una expansión -Vexation- con la que dicen que mejora bastante. Me la fabricaré  y lo probaremos con ella a ver que tal va porque a parte del grupo le resultó un poco soso.

Salió a mesa Ricochet Robots por primera vez y a los dos minutos de estar jugando supimos que este había venido para quedarse. Lo diré en pocas palabras: maravilloso y adictivo a más no poder. Un tablero modular con 96 posibles combinaciones, 4 robots sin frenos y 17 fichas de objetivo fueron suficientes componentes para tenernos enganchados y querer jugar una partida tras otra. Un juego sin límite de jugadores -una de las cosas que más me gustó- del mismo autor que Inkognito -otro juego que nos encanta- Alex Randolph. Gracias a los amigos malagueños Lethan y Neiban que tienen mucha culpa de esta adquisición por sus buenos comentarios, que junto a los de Mr.Meeple me dieron el empujón que me hacía falta para comprarlo. Hablaré de el proximamente con más detalle porque este juego se merece una entrada en el blog para el solito.


Acabamos con Space Hulk: Death Angels a tres pero jugando cada uno con un solo equipo de marines -como en solitario-. Intenso hasta el final y mucho menos previsible en las elecciones que en el modo solitario -lógico, porque aquí no eliges tu solo- con buenos giros argumentales y decisiones polémicas como aquella en que el equipo amarillo cambió su posición en la formación -salvando el culo vamos- mientras los marines del grupo verde se partían el lomo contra los Genestealer. Muy chulo a tres de esta manera -con sólo 3 equipos- e igual de difícil -si no más por esa incertidumbre en las órdenes-. En la última localización salieron dos líderes de progenie y se armó una buena con el Hermano Goriel enfrentándose a solo y a pecho descubierto contra ellos y una pila de genestealer hambrientos. Como era previsible murió, como todos los que entraron en aquella maldita nave. 
Para terminar la noche jugué una partida en soltario con el mismo resultado. Un marine  que muere rodeado por una horda de genestealer en la última localización. El juego es dificil de narices, por ahora vamos 3-0 para él, pero segiremos intentándolo, faltaría más.

 LudopÁticoS: Maskleto, Yak, Fran y Belén
Jugamos a:
Ricochet Robots (2 Partidas)

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