07 marzo 2011

Ceremonia de Apertura del WMRC [04.03]

Seguro te ha pasado alguna vez que acabas la noche y te queda ese regustillo lúdico de haber catado juegos que brillan con luz propia y que, por una u otra cosa, satisfacen completamente las expectativas que tenías en ellos.
Noches donde desaparece el cansancio acumulado por los madrugones de toda la semana y en las que no miras el reloj porque realmente la hora no te interesa en absoluto te espere quien te espere. El viernes fue una de esas raras noches en las que nunca llega ese momento donde algún jugador da cabezadas o bosteza sin parar contagiando a toda la mesa.
¿Los juegos protagonistas?, dos incorporaciones a nuestra colección que seguro verán más mesa este año.

Hanabi & Ikebana es una reciente creación del autor de moda, Antoine Bauza -si, el mismo de 7 Wonders- fruto de su proclamado gusto por la cultura oriental. Este pequeño juego es un "dos en uno" ya que incluye dos modos totalmente diferentes de jugar con los mismos componentes. Por una parte tenemos Hanabi -el arte de los fuegos de artificio- que es un juego cooperativo con una mecánica sencilla pero curiosísima y que realmente brilló la noche del viernes. Su hermano Ikebana -el arte del arreglo de las flores- nos propone un competitivo donde hay que asumir riesgos y valorar si los beneficios que vas a dar a tu contrario compensan los tuyos propios. Ikebana no llegó a ver mesa, ya lo probaremos, el problema es que su hermano mellizo es tan bueno que lo eclipsa. 

Nuestra máxima puntuación de la noche a dos jugadores (22 puntos).
Hanabi es, como dije, un juego cooperativo en el que nos ponemos en la piel de un grupo de pirotécnicos con la gran responsabilidad de hacer el mejor castillo de fuegos artificiales de todos los tiempos. Para ello debemos colocar nuestras cartas en mesa formando escaleras crecientes -de 1 a 5- de números de igual color. Hasta aquí parece fácil, claro que aún no he dicho que juegas a ciegas y no ves tus propias cartas. Cada jugador tiene una mano de cinco cartas que no ve -las agarra en la mano del revés- y esa es la verdadera gracia del juego ya que una de las opciones que tiene un jugador en su turno es dar una pista a un compañero para tratar de llevar a buen término el espectáculo pirotécnico. Pero ojo porque estas pistas son limitadas y sólo pueden cometerse tres errores al colocar carta -el trabajo con pólvora es lo que tiene-. Así se suceden los turnos entre pistas, descartar o colocar y robar, todo teniendo en cuenta una cosa muy importante: los jugadores no pueden hablar del juego ni de las acciones que deben hacer sus compañeros durante la partida.

Lo jugamos a dos y a tres jugadores y en ambos casos nos pareció que tenía su miga -un poco más difícil a tres jugadores- y bastante diversión. Es un juego pequeño, sencillo, transportable y que se explica muy rápidamente, pero dio para bastantes risas y momentos de tensión.

Ya gratamente sorprendidos por la elegancia e intensidad de Hanabi nos pusimos los cascos y monos de pilotaje y nos metimos en nuestros minúsculos biplazas con muchísimos caballos de motor y a prueba de baches.

Rallyman es un juego de rally -con ese nombre de qué si no- y pese a que yo llevaba varias partidas en solitario era la primera vez que lo jugaba en grupo. Las noticias que tenía era que pecaba de juego demasiado individualista, pero a mi me pareció que no porque lo que hagan los demás pilotos condiciona absolutamente tu modo de conducción. El juego luce espectacular en mesa y los MRC (Micro Rally Car) tienen gran parte de la culpa, pero que "rebonicos" que son los "jodíos".

Para iniciar el World Micro Rally Championship nos hicimos las dos primeras especiales del Rally de Suiza -la primera sobre asfalto y la segunda sobre nieve con asistencias al finalizar ambas- eso después de jugar un pequeño tramo de pruebas como calentamiento y enseñar la mecánica. El pique tratando de buscar la mejor trazada fue intenso, arriesgando a tope y rezando para que los contrarios perdiesen el control de su vehículo por arriesgarse demasiado, vamos todo un éxito de crítica y público. Nos quedó una especial del Rally de Suiza que jugaremos sí o sí porque los cronos de las dos primeras etapas no pueden estar más ajustados.

Ensuciando la curva (¡muahahaha que malo soy, pero que maaalo soy!).
Un pequeño fallo que cometimos fue el de no añadir los puntos intermedios de control, por lo que fue muy complicado intuir como iba la carrera si la especial era un poco larga. Estos puntos de control sirven para saber el crono total de tus oponentes durante la carrera -que es oculto- y me parece que el juego gana mucho en tensión. Ese momento de contar como va el crono rompe un poco la monotonía de tirar dados-coger carta de marcha-coger segundos y hace que te replantees la estrategia de carrera a seguir a partir de ese momento.

Igual te interesa visitar el Abriendo la Caja de...Rallyman que publicamos hace unos días con un montón de fotos del juego.

Por cierto, la torre de dados fue todo un éxito entre los LudopÁticoS asistentes y en Rallyman cumplió perfectamente su función -y los dados no se salen tanto como pensaba-.

LudopÁticoS: Maskleto, Fran y Yak
Jugamos a:

Hanabi(5 Manos)
Rallyman (4 Especiales )
 

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