Un fin de semana en blanco, sin ninguna partida, sin una nueva marca en la culata de nuestro rifle lúdico, lo que para cualquiera con nuestra afición sería un fin de semana tristón. Pero no es el caso porque llevo dos días enfrascado en la lectura y aprendizaje de las reglas de uno de los juegos más interesantes -por su temática- con el que me he topado últimamente.
High Frontier es apasionante. Quizás mucha gente me mire raro tras esta afirmación -algo que no he dicho de muchos juegos-, pero un juego que se basa en una simulación de lo que sería la expansión de la raza humana por el sistema solar, no desde el punto de vista de la ficción sino desde un ángulo rigurósamente científico, es apasionante para alguien que dejó sus años de estudio universitario en una facultad de ciencias. Y es justo esto lo que hace que no sea un juego para todos los públicos, la carga científica tras la simulación que propone High Frontier es probablemente lo más atrayente e increible del propio juego. Las mecánicas son sencillas y nada que no hayamos visto antes así que no será esto lo que atraiga o sorprenda a los jugones, pero los datos que nos aporta, los tecnicismos con los que hay que familiarizarse y las múltiples variables a tener en cuenta hacen de él una experiencia muy intensa. En su contra tiene una curva de aprendizaje muy similar a una asíntota vertical -recordad aquellas curvas que tendían a infinito cuando la el valor x se acercaba a un punto- que lo alejan de la mayoría de jugadores ocasionales o no atraidos por su temática. Bajo mi humilde opinión, para jugar a High Frontier hay que tener ganas de aprender, ganas de jugarlo y de pasar horas frente a él. No en vano su autor Phil Eklund ha tardado 30 años -has leído bien- en parir esta criatura. El trabajo como ingeniero de su autor llena cada recoveco de este juego que te lleva al espacio más realista que he pisado en mi vida lúdica.
El juego es de dos a cinco jugadores pero, afortunadamente, si le incorporas la expansión tiene reglas y escenarios para jugar en solitario, y gracias, porque si no me da que este no vería mucha mesa en casa. La expansión aporta, por si le hacía falta, muchas opciones al juego básico y hasta diría que lo recomendable, si hay un poco de paciencia, es aprender a jugarlo completo para disponer de toda la profundidad que nos ofrece. Recalco que la paciencia es muy importante porque yo llevo todo el fin de semana para comenzar a tener conceptos claros y aún no me atrevo a mi primer viaje en solitario, y no por falta de entusiasmo.
Esta es la primera de varias entradas donde iré desgranando y analizando High Frontier con su expansión. Entradas donde describiré componentes y mecánicas para que os hagáis una idea de lo que puede ofreceros este invento que mezcla juego y ciencia como nunca había visto.
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