Reconozco que estamos enganchados al juego de los robots sin frenos, ya sabéis, Ricochet Robots. Es fantástico sacarlo a la mesa y estar jugando en un minuto porque no requiere casi preparación y lo hace ideal para jugar esa partidita antes de acostarse a dormir cuando llegas con ganas de tomarte la última copa en casa.
El sábado cenamos en el Mirador de la Noria -increíble la cena, el vino y las copas de después- y recomiendo no perderse sus tostas -todas están buenas- y los huevos estrellados con langostinos o las croquetas, uff que babeo. Lo mejor, junto al precio, es que bajo el restaurante -situado en la primera planta- está el bar de copas con buena música a un volumen que te permíte mantener una conversación sin perder la voz. Creo que hablo por boca de los seis que estuvimos allí si digo que nos lo pasamos de lujo y que repetiremos sí o sí.

LudopÁticoS: Maskleto y Belén
Jugamos a:
Ricochet Robots (1 1/2 Partidas)
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