-Saca el Modern Art ese, a ver que tal está, el pobre lleva en la mochila toda la noche, tendrá ganas de ver mesa.
Con esta frase estrené el diseño de Reiner Knizia, un juego que no vive en el LudopÁtico pero que espero venga de visita de vez en cuando porque la verdad es muy divertido, sencillo y tiene mucho que ofrecer. Pero bueno, empecemos por el principio, el amigo Knizia nos pone en el pellejo de marchantes de arte que han de encargarse de comprar y vender cuadros buscando las grandes promesas del mundo artístico e invirtiendo en ellas para luego sacar el mayor beneficio posible a su inversión. El juego es puramente de subastas, con una pequeña componente de gestión de mano, por lo que mejor abstenerse pujadores pusilánimes, caguetas sin ganas de arriesgar o ahorradores compulsivos.
Los componentes, bastante correctos, una baraja de cuadros, unas losetas con valores, un tablero, pantallas y monedas de cartón. Especial mención a las pantallas ilustradas con simpáticos dibujos de fiestas en galerías de arte. Tras estas bonitas pantallas el jugador esconderá sus pingües beneficios, o sus miserias, nunca se sabe La caja podía haber sido un poco más pequeña para lo que contiene, sobre todo y como diría Mecano: "aaaaa-ire, pensé por un momento que era aaaaaa-ire, oxígeno, nitrógeno y argón, sin forma definiiiiida".
Los componentes, bastante correctos, una baraja de cuadros, unas losetas con valores, un tablero, pantallas y monedas de cartón. Especial mención a las pantallas ilustradas con simpáticos dibujos de fiestas en galerías de arte. Tras estas bonitas pantallas el jugador esconderá sus pingües beneficios, o sus miserias, nunca se sabe La caja podía haber sido un poco más pequeña para lo que contiene, sobre todo y como diría Mecano: "aaaaa-ire, pensé por un momento que era aaaaaa-ire, oxígeno, nitrógeno y argón, sin forma definiiiiida".
Image courtesy of boardgamegeek.com |
Bueno y ¿cómo hacerme con los fantásticos cuadros de los que hablas y convertirme en la baronesa Thyssen?
El juego plantea cuatro tipos de subasta diferentes, lo que le da mucha vidilla y no lo convierte en un ejercicio monótono de puja va, puja viene. Os cuento un poco que formas de pujar encontraremos en este título. Una vez uno de los "Carmele" marchantes saca un cuadro a subasta, el mismo cuadro dicta el tipo de puja que ha de celebrarse con un pequeño icono en la carta que puede ser:
Subasta al alza, la típica, como en una lonja, sin orden ni concierto, todos pujando a viva voz y sobrepujando una y otra vez. Muy divertida, caótica y de dejarse llevar.
Puja a puño cerrado, pues eso, pones en tu mano la pasta que quieras pujar, oculta para el resto y se revelan todos de forma simultánea.
Puja a una vuelta, empezando por el jugador a la izquierda del que subasta se ofrece dinero o se pasa hasta que llegue el turno al subastador que elegirá vender al que más ofreció o pujar él una cantidad mayor y entonces ganar la subasta.
Precio fijo, donde el subastador saca el cuadro a un precio determinado a ver si logra camelar a alguno de los jugadores y colarle la pieza por más de su valor.
En todas estas pujas el ganador ha de pagarle la suma de dinero al subastador, salvo en el caso que gane este último, que pagará a la banca, un interesante detalle que te hace pensar muy bien cuanto dinero quieres darle a un oponente por un estupendo cuadro que te va a dar mucha pasta al final de la ronda (o no) pero que te descapitalizará para el resto de esta.
Otra de las mecánicas made in Knizia capaz de subir los voltios a la partida es que, aquellos pintores que puntúen en una de las cuatro rondas (recordemos que sólo lo harán tres pintores de los cinco por ronda), sumarán los valores de venta obtenidos en rondas anteriores, convirtiendo sus creaciones en jugosos beneficios para los afortunados propietarios. Esto abre estrategias y garantiza piques, ya que si logras que un pintor no puntúe en una ronda, lo hecho en rondas anteriores no cuenta, sus cuadros se venderán a valor cero, con lo que esto significa para el jugador que pagó por ellos, y además, al no incrementar su valor, limita el precio máximo que alcanzará ese pintor en el resto de la partida, jorobando a los que aún tienen cuadros de ese pintor en la mano.
Buen momento este es para hablar de la gestión de mano, cada jugador elige y subasta un cuadro de su mano en su turno, el orden y cuál sacar en cada momento no es trivial. Al final de cada ronda cada jugador robará un número de cartas de cuadro -dependiendo de la ronda y el número de jugadores- así que hay que estar atento a cuantos cuadros se han vendido de tal o cual pintor ya que el descarte nunca se recupera y recordemos que para que un pintor suba el valor de sus cuadros en 30 mil ha de poner 5 en mesa, conclusión, los más vendidos lo tendrán cada vez más chungo para, no sólo subir el valor, también entrar entre los tres más vendidos.
En todas estas pujas el ganador ha de pagarle la suma de dinero al subastador, salvo en el caso que gane este último, que pagará a la banca, un interesante detalle que te hace pensar muy bien cuanto dinero quieres darle a un oponente por un estupendo cuadro que te va a dar mucha pasta al final de la ronda (o no) pero que te descapitalizará para el resto de esta.
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Buen momento este es para hablar de la gestión de mano, cada jugador elige y subasta un cuadro de su mano en su turno, el orden y cuál sacar en cada momento no es trivial. Al final de cada ronda cada jugador robará un número de cartas de cuadro -dependiendo de la ronda y el número de jugadores- así que hay que estar atento a cuantos cuadros se han vendido de tal o cual pintor ya que el descarte nunca se recupera y recordemos que para que un pintor suba el valor de sus cuadros en 30 mil ha de poner 5 en mesa, conclusión, los más vendidos lo tendrán cada vez más chungo para, no sólo subir el valor, también entrar entre los tres más vendidos.
Concluyendo, el juego gustó a todos, hubo tensión, pujas alocadas y caras de póquer para que los demás no supieran que fantabulosos cuadros escondía nuestra la mano o cuanta pasta había tras la pantalla. Otra bondad, el tiempo, unos 45 minutos sin parar de pujar, una de las actividades que parece le encanta al ser humano, no hay más que ver el éxito de Ebay. ¿Las reglas?, cosa de 5 minutos, no hay excusa para poner a jugones y no jugones en la misma mesa a gastar pasta, cosa que en estos tiempos que corren está jodido en la vida real. ¡Ah!, se me olvidaba lo mejor, nada de extrañas formas de puntuación final a las que nos ha acostumbrado R.K, que los jugones admiramos por originales pero que para los no jugones son como la mecánica cuántica, aquí la forma de puntuar es bien sencilla.
Repito, abstenerse aquellos jugadores que no soporten la mecánica de pujas. Abrimos la subasta en 1000$, ¿quién da más?.
Repito, abstenerse aquellos jugadores que no soporten la mecánica de pujas. Abrimos la subasta en 1000$, ¿quién da más?.
4 comentarios:
Pues yo daría poco por él. Soy de los que no pueden con los juegos de subastas (los que van únicamente de subastas), así que Modern Art no me gustó. Y acuérdate que idolatro a Knizia como a nadie, pero este hombre tiene facetas obviamente que no me gustan, y Modern Art forma parte de ellas.
No obstante gran entrada! y por cierto, estabas mu perdío no?
Te entiendo, un juego donde es TODO subasta con muy poco fuera de ella es para quien tolere muy bien dicha mecánica, si le tienes cierta alergia puedes acabar en el hospital con la cabeza como un melón y medio desnudo por haber perdido hasta los pantalones puja tras puja xDDD.
Sí, la verdad es que últimamente he estado en otras cosas, la cercanía de la paternidad será, o la falta de inspiración, o algunos problemas de salud cercanos o qué se yo. El caso es que me cuesta ponerme al tajo y escribir una entrada, aunque cuando lo hago me quedo de un a gustico :).
A mi gusta, pero se me da particularmente mal. Además, ya he visto como ganan dos partidas sin adquirir apenas tres o cuatro cuadros y elevando los precios hasta romper el mercado.....Un saludo
No lo he probado, pero es que tampoco me llama nada, y es que lo de las subastas sin más, pues como que me echa para atrás.
Buena reseña igualmente. Me ha quedado muy claro como funciona y las sensaciones que transmite.
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