06 julio 2011

Caylus A Primera Vista

Música suave en clave de jazz y bossa para acompañar una partida que acabó en sinfonía lúdica. Más de un año olvidado en la estantería, junto a el otros juegos que, con mucho menor peso, han visto mesa con más asiduidad. La injusticia de pertenecer a una colección amplia y ser un peso pesado, la condena de no ser un party game o un juego con pocas reglas, la lacra de llamarte juego para jugones. Pero lo peor es la sensación que me queda al terminar de jugarlo porque sé que esta maravilla es una nota corta que puede tardar en sonar de nuevo en mi pentagrama lúdico .


Me siento un tipo afortunado por muchas cosas pero en particular hay una que sé que genera envidia sana entre los que me conocen. Mi pareja, sin ser tan jugona como yo, lo es lo suficiente como para atreverse con casi cualquier juego una vez le explico las reglas y, por lo que conozco, eso es tener mucha suerte. Ella jamás se leerá un manual, lo tengo claro, pero la simbiosis entre ambos es perfecta porque a mi me encanta leer manuales y explicar reglas y ella es una oyente de excepción, asimila mis explicaciones perfectamente y es una gran rival.

Esta semana, como comenté en la entradilla, recuperé un juegazo de la estantería al que sólo había jugado una partida, hace casi dos años y precisamente también con ella. Es cierto, esta entrada debería llamarse "A Segunda Vista", pero hace tanto tiempo. Aquella primera ocasión fue bastante especial porque era el primer EURO con mayúsculas al que jugaba y las sensaciones que recuerdo son muy buenas, realmente el juego me enamoró. A partir de ahí la colección creció de tal manera que siempre había algo nuevo que probar antes de sacarlo a mesa y hoy, con dos partidas ya a mis espaldas me arrepiento de ello profundamente, Caylus se merece una mesa donde estar desplegado y no una en la que coge aire cada dos años.

Sí, hablo de Caylus, del que no puedo decir más que es una obra maestra de William Attia, un autor con poquísimos juegos en su haber pero que con este alcanzó una gloria indiscutible. Como os digo este es un juego con reglas, son siete fases cada turno, que requirió que leyese el manual un par de veces mínimo para asimilarlas bien. En cambio no es un juego difícil de aprender si te lo explican porque una vez ejecutados un par de esos turnos la cosa se sabe como va y se repite una y otra vez. Otro asunto son las estrategias a seguir en el juego, los primerizos nos encontramos huérfanos de objetivos a largo plazo y tenemos que conformarnos con pequeños logros a corto. Las opciones son tantas que abruman al recién llegado al pueblo de Caylus, el juego pone a disposición desde el principio una cantidad de alternativas capaz de desorientar al más jugón.



La edición que tenemos en nuestra colección es la Premium en español, con ilustraciones de Mike Doyle. Sinceramente no me compré el juego hasta que no cambiaron el grafismo porque personalmente no me gustaba nada el de la edición anterior, con ello no digo que este del señor Doyle sea la octava maravilla pero para mí es muchísimo más agradable que el anterior y dota al juego de un aire más elegante, medieval. Algunos critican el tablero por ser muy oscuro, pero para mi es un acierto. Un tablero oscuro para una época oscura donde, por las noches, sólo las velas y la luna iluminaban el mundo. Ya puedes tener el foco más grande alumbrando tu mesa de juego que el tablero seguirá dando esa sensación perturbadora de poca iluminación, como si lo jugases a la luz de un cirio. El resto de componentes, de primera calidad. Mucha madera, losetas bien gruesas y monedas también de cartón. Edge podían haber incluido en esta edición, como hicieron en Francia, las monedas de metal que ahora ya están descatalogadas. Una pena porque me encantaría tenerlas.

Caylus es un juego con cero azar, y en este caso cero es cero. Absolutamente todo depende de los jugadores y de sus acciones, el orden en que las ejecuten y la interacción entre ellos. Esto forzosamente lo convierte en un juego sesudo porque no va a venir la suerte a sacarte las castañas del fuego en ningún momento, es un juego en el que estás solo contra tus oponentes. En Caylus no basta con pensar qué quieres hacer, sino como y cuando quieres hacerlo, hay muchísimas opciones para el jugador y este tiene que encontrar la óptima en cada momento, es un juego serio. Caylus, por el factor cero azar, es un juego que premia la experiencia del jugador veterano y sacude las neuronas del novato que no sabe, como ya dije, las estrategias de largo recorrido. Todo esto lo hace perfecto para que los jugadores con análisis-parálisis entren en un bucle infinito que los tenga, exagerando,  horas pensando su próximo movimiento, cuidado con ellos.

Al termino de esta segunda partida, que es como la primera porque la anterior fue hace tanto tiempo que nos enfrentamos al juego prácticamente desde cero, intuyes las cosas que has hecho mal y seguro puedes mejorar en el futuro. Sin duda dan ganas de volver a Caylus sin dilatarlo en el tiempo, ganas de recuperar el desasosiego que produce el temor por que un oponente coloque sus trabajadores en donde tu piensas situar los tuyos. Y es que Caylus es un juego de colocación de trabajadores puro y para mi el máximo exponente en este género, dentro de lo que he probado. No se anda por las ramas ni implementa casi ninguna otra mecánica que desvíe tu atención de lo que es importante, colocar tus piezas mejor que tus oponentes cada turno.

Dentro de las diferentes piezas que incluye el juego la que sin duda ha dado más que hablar y permite un puteo excepcional, a la vez que elegante, es la figura del preboste. Este personaje al servicio de los jugadores tiene la labor nada agradable de truncar la estrategia más sagaz con su simple movimiento, una genialidad del autor del juego. Cuando uno mira al alguacil, otra figura básica en el tablero, siente simpatía por este regordete personaje después de haber probado la mala leche que se gasta su secuaz. No olvidaros este nombre (preboste) porque os perseguirá, literalmente, en vuestras partidas en Caylus y hasta en vuestros sueños como si de Freddy Krueger se tratase.

Ahora me queda probarlo a más de dos jugadores, con tres me parece que tiene que ser su cenit, a cuatro la pérdida de control sobre el preboste puede ser alta y a 5 ni te cuento, no sé hasta que punto esto lo beneficia. Además los edificios son los que son, así que a más jugadores creo que la lucha por ellos será tan dura que cualquier objetivo, por pequeño que sea, será difícil de lograr, aunque esto son sólo impresiones de un principiante en la región de Caylus. Que hablen los expertos.

Dificultad de aprendizaje: media


A primera vista me gustó: el tablero, cero azar, el preboste, perfecto a 2.

No me causó buena impresión: Muy propenso al análisis-parálisis, podía incluir las monedas de metal.



4 comentarios:

Lethan dijo...

Caylus para mí es EL juego por excelencia. No hay otro mejor. Tensión, puteo, gestión a largo plazo, cero azar... El mejor de mi colección ahora y por siempre ;P

Maskleto dijo...

Sinceramente es un juegazo y es digno de adoración xD ¿A cuántos jugadores te gusta más Lethan?

Ratrap dijo...

  Vale, me toca: jugué a 2, a 3 y a 5; a 4 tengo mis dudas,creo que sí, pero no estoy seguro de todo.

  Es el mismo gran juego pero en distintos sabores,todos recomendables, y que poco tienen que ver,sobre todo por las estrategias que se te permiten seguir (es decir, las que otros jugadores te dejan hacer) y por mr. preboste, que en 2 sabes que si no lo aseguras te olvidas de coger los sitios en cabeza, a 3-4 es como mejor funciona, tiene el margen justo para andar entre la psicología del rival y cierta seguridad si te vas a la zona segura, y a 5 es un despiporre, no hay jugador que se despegue del marcador pq es machacado por los demás a muy bajo coste, pero siempre hay momentos para la sorpresa, y ciertas casillas como la del orden son un sinvivir.
  Mi preferencia es 3 jugadores, funciona de maravilla, mucho mejor que a 2 y a 5, tiene el nivel de control de juego justo en el que te sientes limitado en lo que quieres/puedes hacer pero guardas cierto margen de maniobra.
  A 5 es un pitoste, pq todo el mundo se pisa, y se hace un poco largo, pero para mi no deja de ser divertido, aunque jugué con novatos (jugones, claro) y me lo pasé pipa, solo lo recomiendo para gente que ya jugó varias veces y más o menos rápidos de pensamiento.

 Nada más,lo que dicen siempre, hacen falta varias partidas a 3, y a 4, para apreciar el gusto del juego, leches!,me apetece jugar otra!

Lethan dijo...

Pues poco que no haya dicho ya Ratrap; a 3 es maravilloso, y a 2 también me gusta mucho, que es casi un ajedrez y la forma de jugar es muy diferente (que gustazo pasar y dejarle el precio de colocar trabajadores a 3 al otro jugador) ;D

A 4 lo juego pero es algo más caótico pero también perfectamente jugable. A 5 es lo que ha dicho Ratrap, un pifostio del copón!

Saludos!

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