04 septiembre 2011

Yo, Yo Mismo y Le Havre

Hace tiempo cree una entrada con el mismo propósito que esta, hablar de un juego al que sólo había jugado en solitario. En aquel caso fue Troyes (Yo, Yo Mismo y Troyes) en circunstancias un poco diferentes, a Troyes jugué yo solo controlando a dos jugadores. Afortunadamente ese tema está zanjado y ya he podido probarlo en un par de partidas a dos, jugadores reales, no yo contra mi cerebro. Hoy, con la misma premisa, escribo sobre mis impresiones de un juego al que he dedicado parte de mi onanismo lúdico en los últimos tiempos, Le Havre.


Le Havre es hermano de Agrícola, o viceversa, no en vano vienen del mismo padre, Uwe Rosemberg, a la madre no la conozco, se rumorea que este tío tiene progenie el solito. La pregunta que muchos nos hacemos en un primer momento es qué tan parecidos son ambos juegos y si vale la pena tenerlos ambos en la ludoteca. La respuesta a la primera pregunta es que ciertamente tienen un aura que les da un carácter similar pero que es sólo eso, una apariencia, una impresión, algunos términos, lo que contesta a la segunda pregunta y la realidad, son juegos muy diferentes y caben perfectamente en la misma colección. Diría más, Le Havre me parece bastante más analítico que Agrícola y reduce el factor suerte inerente a las cartas de oficio y adquisiciones menores lo que puede hacer que una partida sea más sesuda, y también más larga.

Bueno pero hemos venido a hablar aquí de lo bien o mal que se porta el juego en su modo solitario y es a lo que voy ahora. El objetivo de Le Havre en solitario es el mismo que ya teníamos en Agrícola, conseguir la mayor cantidad de puntos posibles al término de la partida. Como en Agrícola el sr. Rosemberg no nos pone delante un jugador automático ni nada similar, en su lugar basa la experiencia en las propias características rejugables del título. De este modo, mientras en Agrícola la incertidumbre en las partidas venía dada por el orden en que las acciones se disponían en mesa y las ya citadas cartas de oficios y adquisiciones menores en mano, en Le Havre los factores son: el orden de las losetas de oferta que proporcionan nuevas mercancías, el orden en que los edificios se pueden construir así como el orden y cuáles serán los seis edificios especiales elegidos al azar entre una baraja con bastantes de ellos. A primera vista son pequeñas variaciones pero ya metido en faena te das cuenta lo mucho que pueden afectar a tu estrategia de juego.

Estas tres variables son las que hacen que cada partida a Le Havre sea diferente. En el juego multijugador intuyo que las elecciones de los otros jugadores condicionarán absolutamente tus propias estrategias, no es el caso en el modo solitario, en el que observar el tablero después de la primera vuelta, cuando todas las losetas de oferta están ya al descubierto, es fundamental para saber el orden y las acciones que llevarás a cabo en los próximos turnos. Durante el trascurso del juego no hay azar y el único que podía haber -las cartas de edificios especiales que están ocultas- es atenuado hasta tender a cero por la habilidad del edificio Mercado que te deja mirar las dos primeras cartas de edificios especiales y devolverlas en cualquier orden.

Por último decir que en ambos juegos, Agrícola y Le Havre, se tarda más o menos lo mismo en desplegarlos para una partida en solitario. Puede que Le Havre un pelín más, nada reseñable. La duración de las partidas también es aproximadamente la misma en ambos casos, unos 45 minutos pero es verdad que la reposición de mercancías en Agrícola es mucho más trabajosa que en Le Havre y se pierde más tiempo. Si te gustan los eurogames pero no siempre tienes con quien jugar, estoy seguro que estos dos juegos van a cubrir tus necesidades lúdicas. 


A mi personalmente me gusta un poco más el solitario de Le Havre que el de Agrícola, siendo ambos estupendos. Es probable que parte de la culpa la tenga la temática naviera, me parece más interesante, o que el juego realmente varíe más de principio a fin ya que las posibles acciones y combinaciones que abren los edificios es mayor que las 14 acciones de Agrícola. Por otro lado en Agrícola tienes que basarte mucho en lo que te ha tocado en mano (oficios y adquisiciones) y en Le Havre todo es mirar la disposición inicial del tablero y actuar en consecuencia. A favor de Agrícola tengo que decir que prefiero la sensación de agobio que me produce este cuando se acerca la cosecha y tengo que alimentar a la familia. En Le Havre también hay una fase similar, de alimentación del personal y cosecha, pero desde luego no me parece tan exigente. A favor de Le Havre, la reposición de mercancías es muchísimo menos farragosa, dónde va a parar. Lo dicho, los dos son auténticos juegazos, vale la pena probar ambos.

Aviso a navegantes, el juego está completamente en español pero por un error de fabricación algunas unidades de Le Havre (entre ellas la mía) incluyen varias planchas de losetas en un idioma que no es el nuestro -alemán, holandes, etc.- que aunque no impiden jugar si que es molesto cuando se ha pagado por un juego totalmente traducido. Me puse en contacto con Homoludicus al respecto y me mandaron por correo las planchas corregidas totalmente en español. Un aplauso para su servicio postventa.

Por cierto, ¿alguien ha probado At the Gates of Loyang o Merkator en solitario?


6 comentarios:

Ratrap dijo...

No lo probé en solitario, pero pruébalo a tres, una delicia, oiga.

M G dijo...

En este caso no coincido contigo en una cosa, y es que a mi el solitario de Agrícola me parece mejor, porque está estructurado mejor en el sentido en que cada partida en solitario te exige más puntos, pero te permite quedarte un oficio que hayas jugado, con lo que te dan ganas de encadenar partidas. Además, el solitario de Le Havre es más exigente, con lo que me quedan menos ganas de repetir a continuación.
El Loyang tiene un solitario muy bueno, superior incluso a estos dos, pues se ha montado un sistema de lección de cartas totalmente distinto al juego original, y que lo hace más estratégico, eliminando completamente el azar del reparto de cartas.

Maskleto dijo...

Tomo buena nota, cierto que a tres dicen que luce mucho.

Maskleto dijo...

Así me gusta, pluralidad xD.

Es verdad lo que dices MG, en Agrícola puedes encadenar varias partidas en solitario haciendo el reto mayor y más adictivo. Le Havre me da otras satisfacciones pero sin duda ambos solitarios son muy recomendables. Igual es que he jugado más a Agrícola y el Le Havre es la novedad :D 

A ver si Homolúdicus se anima y edita Loyang en castellano :D.

Ratrap dijo...

  Lo de que lo edite HL creo que ya nos podemos ir olvidando porque había dejado claro en algún que otro mensaje de labsk que no lo tenía en mente.
  Yo cansado de esperar, y temiendo que no lo hiciera nunca, lo compré en inglés, y no me arrepiento, aunque para alguien que no sepa el idioma de Chéspir es complicadillo, mi hermano juega con un par hojas impresas con las cartas traducidas y para el es un poco rollo, pero ya se las va sabiendo y disfruta el juego, otros usan las pegatinas para traducirlas que andan por la BGG o enfundan las cartas con la copia en castellano.

Maskleto dijo...

Una lástima. El día que me apetezca hacer bricolaje me haré con el y lo tuneo al español.

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