21 marzo 2011

Arde [Hanabi 18.03]

El fuego consumía los inmensos monumentos y las llamas ascendían sin vértigo ni miedo a caer desde una altura que miraba los edificios desde arriba. Esta noche la ciudad brillaría mil veces en mil puntos distintos con crepitar de madera y lágrimas de mujer. El humo, intensamente negro, ocultaba la expresión impasible de los gigantes, no así los llantos, ni los destellos de luces de brillantes colores que ascendían al manto nocturno y explotaban abriendo paraguas de luz tan efímeros como bellos. Cualquiera de los millones de observadores de tan magnífico ritual desconocían el verdadero arte que ocultaban las llamas, el humo y las lágrimas.



No hay nada como un juego pirotécnico para venir a Valencia en plenas fallas a disfrutarlo y a disfrutarlas. Seguimos jugando al fantástico cooperativo Hanabi, uno de los hermanos gemelos de los que os hable aquí, de nuevo dos y tres jugadores descubriendo lo curioso de una mecánica tan sencilla con momentos de tensión tan alta. Repito que el juego a dos funciona a las mil maravillas, por si es de ayuda a otras ludoparejas, además es un juego que entra muy bien a no jugones y lo demostró mi suegra que se lo pasó pipa y aportó como el que más en su primera partida como pirotécnica.

Una de las carcaterísticas que me encanta de Hanabi es la imposibilidad de llevar la voz cantante, olvídate de líderes -algo que critican a muchos cooperativos- porque en este juego es imposible. Aquí cada uno es responsable de lo que hace y si la pifias no te vas a librar de las miradas acusadoras del resto de pirotécnicos compañeros. El juego es cooperativo, pero ya dice muy claro en las reglas que las señas, pistas y palabras entre jugadores están prohibidas a no ser que uses la acción que lo permite y aún así con muchas limitaciones. Esto es una de las gracias del juego, las decisiones son individuales  pero tratando de favorecer al colectivo.

Otra bondad de Hanabi es que el numero de jugadores permitido es amplio, de dos a cinco, y mi impresión es de un aumento de la dificultad a medida que aumenta este numero. Aún sin jugarlo me parece que a cinco será un verdadero reto y tengo unas ganas tremendas de hincarle el diente. Al juego básico -con 5 tipos de fuegos de artificio diferentes- se puede incorporar un sexto, para aumentar la dificultad, que se diferencia del resto porque de este nuevo fuego multicolor sólo hay una carta para cada número -del 1 al 5- así que el mínimo error en él es fatal.

Ikebana sigue siendo el hermano ignorado de esta pareja y lo veo para un mínimo de tres jugadores para que comience a tener gracia, por eso aún no lo hemos jugado. Trataré de hacerlo pronto y contaros nuestras impresiones.

LudopÁticoS: Maskleto, Belén y Vicen.
Jugamos a:

Hanabi (6 Partidas)

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