Volvemos a España después de un increíble viaje a Estambul. Una ciudad
a caballo entre Oriente y Occidente, llena de contrastes, de olores y
colores y aunque no lo pensaba, también de juego. Si, juego en singular
porque lo que encontré como entretenimiento popular entre los vasos de
té turco y el humo que exhalaban los fumadores de narguile en las
pequeñas teterias fue tableros con 24 puntas y sonido de dados. Os
hablo del Backgammon, el juego mas popular de Estambul y de Turquía.
Hombres en la calle jugando al Backgammon
Tiendas con decenas de preciosos tableros se encuentran por toda la ciudad ya que además es un souvenir muy popular. Tableros de todo tipo, tamaño y precio. Hechos a mano, con nácar, bronces incrustados e incluso pintados con motivos árabes, un verdadero lujo para los ojos de cualquier aficionado a los juegos. El ajedrez también estaba presente en las tiendas, pero no tanto en las calles. Como curiosidad decir que en las tiendas, entre ajedrez y backgammon podían verse también el Rummy. Parece que popular entre los mas jóvenes.
Atestados estantes de la tienda donde adquirimos nuestro tablero en el Gran Bazar..
Y como no, Belén y yo no perdimos la oportunidad de traer un tablero
como recuerdo para decorar la mesa junto al sofá del LudopÀtico. Ya se
que decorar una mesa con un Caylus o un Agrícola siempre será mas
resultón, pero Belén por esas no pasa. Al menos he logrado tener un
juego permanentemente en el salón. Os dejamos con el nuevo inquilino.
Madera y nácar para decorar el LudopÁtico
Ya nos quedan pocos días de vacaciones y nos volveremos a casa, que rápido pasa lo bueno. Queda el consuelo que, con la vuelta, empezaremos de nuevo a darle al vicio y eso siempre alegra.
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